Hoy en Primera Sisión, para los niños y los abuelos que no se echan la siesta, proyectamos “El fantasma de la ópera”. Inspirada en una delicia gótica escrita por Gastón Leroux en 1909 y destruida por la maldita manía de musicar todo lo musicable. Háganme caso, en el Fantasma de la ópera no debe sonar más música que la incidental si no quieren perecer ahogados en un lago subterráneo de almíbar. Ya se han dado casos. Una muerte horrible.
Hoy proyectamos mi favorita, la de la Hammer de 1962. Recuerden que tiene como antecedentes el clásico de 1943, protagonizada por Claude Rains y la obra maestra de Lon Chaney de 1925, cuya memorable escena, casi sexual, recordamos.
Por primera vez el amor ser realiza a través del secuestro (seguirán la estela otras como “El coleccionista” de William Wyler o “Átame” de Almodóvar) y la máscara se convierte en objeto de seducción ante el que sucumben bellas mujeres. Asunto sobre el que ahondaremos esta noche en Sábado Cine. Disfruten de la película y recuerden, nada de cantar… Alfonso Sánchiz.
Oh... Yo me quedo con el clásico del 43.
ResponderEliminarLa deseperación de ese hombre cuando piensa que le han robado su música y cómo le arrojan el ácido a la cara. Es un cúmulo de desgracias.
http://youtu.be/OF3bvXM-cAM.