domingo, 10 de julio de 2011

1 GLIBO, 2 GLIBOS, 3 GLIBOS (4). A continuación, Piaula Gardoqui nos actualiza “Los tres cerditos”

            Queridos cerditos. Jajajaja… No os enfadéis conmigo, es una broma-metáfora.

            Hoy acabaré pronto. Los tres cerditos se actualizan rápido.

            Sencillamente el lobo representa a la adversidad y los cerditos sois vosotros. Si prevenís hoy el futuro con esfuerzo garantizaréis mañana vuestro éxito, tendréis mejores armas para combatir los problemas que aúllan ahí fuera en el bosque.

            No deja de ser una versión porcina (no cochina) de la fábula de “la cigarra y la hormiga”, siempre y cuando la fábula se cuente en condiciones, sin adulterar, esto es, que la cigarra acabe muriendo de frío y de hambre. Si apareciera a última hora la mamá cigarra con un  taper de filetes empanados nos quedaríamos sin moraleja. Todo el mundo querría ser cigarra porque a todos nos gusta vaguear y también los filetes empanados.

            Ya acabo, sin embargo mi actualización no acaba aquí. Os entrego un sobre manuscrito lacrado. No podéis abrirlo hasta que cumpláis por lo menos cuarenta años. ¿Prometido?.

            (Contenido del sobre lacrado: “Queridos amiguitos. Retomo hoy, pasados 30 años, la actualización de “los tres cerditos”. Habréis descubierto que el esfuerzo no siempre es bastante para combatir el lobo. Comprended que los mayores no os podíamos introducir mensajes contradictorios a tan tierna edad. Lo normal es que quien estudia, trabaja, ahorra, se supera a si mismo, triunfe sobre el lobo pero, lamentablemente,  esto no siempre es así. Además, hay un factor esencial para poder derrotar al lobo-adversidad: la suerte. No todos los cerditos juegan las mismas cartas en la vida, algunos cerdos derrotan al lobo con casas de paja y otros las pasan canutas con viviendas bien cimentadas. Si estáis en este último caso. No os desaniméis. Existe un cuarto cerdito censurado en la versión infantil del cuento, el cerdito que no construyó nada, que simplemente confió en la suerte. La suerte no entiende de edad, de arquitectura, de especies feroces en peligro de extinción. Existe otra versión políticamente incorrecta del cuento en el que a la suerte se la denomina “Dios”. Suerte queridos amigos, que Dios os acompañe")

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