Queridos Plaff.
Hoy es un gran día para los Plaff. Por fin nuestro familiar Dominique Strauss-Kahn Plaff goza de plena libertad sin fianza. Parece que el atentado contra la libertad sexual que se le imputaba, acusación tan frecuente entre los miembros de nuestra dinastía Plaff, se va quedando en agua de borrajas.
Eso sí, mentira o verdad, la acusación le ha costado a nuestro querido Dominique el puesto de director en el FMI, que no es moco de pavo, y el fin de su carrera política al más alto nivel en Francia. Por cierto, país de acogida de muchos miembros de la familia Plaff, véase el caso de John Galliano Plaff, otro auténtico Plaff de los pies a la cabeza, que ve tambalearse su carrera como diseñador de alta costura por pronunciar insultos antisemitas en un bar. Hay que reconocerle su creatividad. Esa forma tan absurda de arruinarse la vida padre no constaba en nuestros anales.
Como los Plaffs no ganamos para disgustos, una alegría de vez en cuando no nos viene mal. A ver si levantamos cabeza.
Sin otro particular me despido de todos.
Juan Sibastián Plaff.
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