El espíritu del Conde de Montecristo pervive en “Oldboy”, magistral película surcoreana de 2003. Niño viejo. Distintas motivaciones llevan a nuestro protagonista a prisión. Los frutos de la condena distan también mucho de la superación de Edmundo Dantes. Lo que en la película de la tarde es raciocinio, elevación, superación, en la de esta noche es visceralidad, impulso salvaje, casi animal.
La película de la tarde estaba llena de sueños, de delirios de triunfo. La de esta noche esta llena de instintos y de desolación. Un mundo que ya no cree en la Justicia como ideal no admite un Conde de Montecristo que no se llame Oldboy.
Esta película me gustó cuando la ví. Me la recomendaron unos amigos. Tiene algo de estética de peli barroca, tipo Matrix o la misma Scarface (El precio del poder). No sé. El inicio es genial.
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