El otro día encontré en un cajón de mi extensa biblioteca la bolsi de los refranis capicúos, ya ni me acordaba de ellos. Huelen un poco mal pero según mi académica opinión con quitarles un poco el polvo estarían listos para ser usados. La política y la economía son campos muy propicios aunque pueden servir de fondo de armario argumental para cualquier contertulio televisivo y radiofónico de pocas luces y mucha verbosidad persuasiva y gracia al hablar (esto es, “labia”). Allá van algunos:
1) No hay mal que por bien no venga ni bien que por mal no venga.
2) El que a buen árbol se arrima buena sombra le cobija y al que buena sombra le cobija no se arrima al buen árbol.
3) Cuando el río suena, agua lleva, cuando agua lleva, si no suena a río, es una cisterna.
4) No por mucho madrugar amanece más temprano, amanece más temprano si madrugas poco.
5) Cría cuervos y te sacarán los ojos, si les sacas los ojos puedes criar cuervos con toda tranquilidad.
6) En casa del herrero cuchara de palo y cuchara de hierro en la casa del carpintero.
7) Dime con quién andas y te diré quien eres, yo también te digo quien soy cuando ando contigo.
8) A caballo regalado no le mires el diente, si puedes mirar el diente del que te regale el caballo.
9) Donde menos se espera salta la liebre, así que en realidad la liebre salta donde más se espera.
10) El hombre y el oso cuanto más feo más hermoso, lo que implica que el hombre y el oso cuanto más hermosos son también más feos, por lo tanto más hermosos, por lo tanto más feos, por lo tanto más hermosos...
11) Aunque la mona se vista de seda mona se queda, eso sí, la mona vestida de seda queda más mona.
12) La suerte de la fea la guapa la desea y desea la fea la mala suerte de la guapa.
13) El que ríe el último ríe mejor, el que mejor llora sería el primero.
14) Al mal tiempo buena cara, si tienes mala cara habrá buen tiempo.
¡Qué rico es nuestro español apestoso y tan confuso como la vida misma!
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