Tal vez llegue el día en que la Serie B y el género
cinematográfico de Terror se revaloricen y tengan la misma consideración que
todas esas cosas sin importancia que nuestra sociedad ha encumbrado y que
cuentan ya con palco de autoridades.
Razones no van a faltar, pues el cine de Terror es un
tratamiento homeopático bastante efectivo contra los terrores cotidianos. Los deslices
y ligerezas visuales e intelectuales de la Serie B nos tranquilizan, nos avisan
periódicamente que lo que contemplamos no es verdad, sólo ficción mala de la
buena, pero suficiente para satisfacer nuestros crueles y bajos instintos sin
hacer daño a nadie, ni siquiera a los animales.
Consideraos por tanto afortunados, amantes del Terror y
la Serie B. Sabed que no es éste un género al alcance de todos, por ser una
expresión desprejuiciada, espontánea, inocente, por tanto muy humana, que
permite, mejor que un tratado magistral, distinguir las verdaderas obras de
arte, la Serie A, y afrontar los también verdaderos terrores de un mundo
fantástico y terrorífico, un mundo que sería también de serie B si tomáramos en
serio los avances tecnológicos que las pelis malas atribuyen a los mundos pendientes
de descubrir.
Repito: tal vez llegue el día en que la Serie B y el
género cinematográfico de Terror se revaloricen y además se promuevan. Llegado
ese día, ésta será la película que yo, Chicho Ibáñez Sirrador, aconsejaré para
los iniciandos, sería su mejor bautismo de sangre: “Los Crímenes del Museo de Cera” de 1953, de André De Toth,
película que esta noche proyectamos, con cortes publicitarios, como debe ser,
en Tilivisión Ispañola.
La Warner repescó una vieja, y bastante buena, peli suya de
1933 de Michael Curtiz “Los Crímenes del Museo”, de la que se conserva lo
esencial, y a la que se le empiezan a quitar cosas, capas de la cebolla, convirtiendo
una divertida película clásica de misterios en la primera película de terror moderna.
Asesinos ya habían aparecido en la pantalla del cine mudo,
los monstruos de distinto pelaje son tan antiguos como el mismo cine, pero
psicópatas por amor al arte, dedicados a matar porque sí, para el deleite del
espectador, no. (El psicópata torturado de Hitchcock es de 1960).
Esta película instaura el género del “Corre que te mato”. Comprobarán los adolescentes de cualquier edad
las similitudes del protagonista de esta noche con algunos famosos matarifes
enmascarados de la pantalla: el gran Freddy Krueger, asesino surrealista que
mata en sueños (una genialidad absoluta), también volvió a la vida luciendo
sombrero tras ser quemado vivo. Pero lo innovador de este film no es sólo el perfil
del asesino, es el talante al retratar el terror: lo morboso se mezcla con el
espectáculo. La peli, filmada en 3D, está llena de guiños al humor y a la ironía de brocha gorda, tan frecuente en el
cine de terror de los 80. Al igual que “Scream”, de Wes Craven, “Los Crímenes
del Museo de Cera” se ríe de su público, interconecta con él. Reveladora
resulta una escena en la que el animador a la puerta del museo dirige su mirada
y su palabra directamente al público de la sala de cine que contempla la
película, un guiño verdaderamente inaudito en una película de principios de los
50.
Puede rastrearse además en la película de esta noche la
filosofía de vida de Jason Viernes Trece, y de tantos otros colegas, que
liquidan imaginativamente y con total impunidad a los sujetos de moral
discutible, o que no caen demasiado bien, pero ven mermado su poder asesino con
las chicas guapas, inteligentes y honradas quienes al final siempre se les
escapan (en este caso la prota desaprovecha la ocasión de una depilación a la
cera integral y definitiva, con una revolucionaria técnica de riego por
aspersión)
Podía seguir hablando horas pero me pagan por minutos. Espero
que la presentación de hoy les haya parecido tan interesante como la de la
anterior temporada (sí, ya lo sé, hasta yo mismo he de reconocer que pierdo ingenio y sentido del humor por momentos, será la edad)
El mismo personaje nos da pistas de lo "comercial" que pretende ser http://www.youtube.com/watch?v=Dkf28x5FP7c
ResponderEliminarY por otro lado, esta escena http://www.youtube.com/watch?v=mFiXQo9w-FU
sirve de inspiración al inicio de la genial pero infravalorada "Pelotas en juego" (Balls of fury).
Tienes razón Niño, el museo de cera se convierte en un trasunto del propio cine, la película se autocritica a si misma.
EliminarEstá llena de pequeños detalles que han sido copiados por otras películas, incluso buenas (esa cabeza de ET en el ropero que pasa desapercibida cual Bronson...) pero no quiero aburrir al espectador.
Por cierto, enorme "Pelotas en Juego", la vi por tu consejo y me río sólo de recordarla. Es de las mías, absolutamente.