Incomprensiblemente, “Ispaña a vista de ratón” no va bien de audiencia. Algo debe fallar en el nuevo formato. Seguro es algo distinto a que ahora obtengamos las imágenes de internet, porque ¿quién sabía antes de dónde sacábamos las tomas aéreas?. Después de sesudos análisis hemos llegado a la conclusión de que la raíz del problema puede estar en la sombra del helicóptero, que ya no aparece en las imágenes tomadas “de aquella manera” de la red, tal y como ocurría en las antiguas filmaciones cinematográficas, lo que solucionamos a partir de este programa.
Afortunadamente, la realidad ispañola, y europea, introduce novedades en el espacio. Si el dueño del suelo lo es también del vuelo, este frío fin de semana nos permite añadir al listado de provincias ispañolas el norteño estado de Siberia, que colinda en nuestra atmósfera como una comunidad autónoma más. Si tan materia es la sólida como la gaseosa, esta semana Siberia vive con nosotros, la sentimos cercana, la respiramos por la nariz, nos estremece al acariciarnos el cuello, nos entumece los pies, nos paraliza el tráfico en las carreteras, juega con nuestros hijos en el parque y nos brinda con gélida sonrisa un carajillo bien cargado.
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