El universo
bloggero (una realidad que tratamos poco en esta casa pues seguimos siendo
fieles al medio tilivisivo de cadena única) anda revuelto por la extraña
desaparición de un blog, que responde al nombre de “Simón el Estili(s)ta”, en
el que colaboraba un menor de edad, bastante repelente, acompañado de adultos
con nombres raros. Aunque el blog era literario, según me dicen, contaba con
seguidores y todo.
La madre de
Simón se dio cuenta de su desaparición al no acudir a comer el viernes al mediodía.
Llevaba tiempo preocupada por las malas junteras del desaparecido, lo previsible
visto el contenido de los posts publicados, no podían atraer a gente buena,
honrada y decente.
Publicamos
una foto. Si algún tilispectador lo identifica o lo ha visto, que llame
inmediatamente al teléfono que aparece sobreimpreso en la pantalla.
Amigos de
lo desconocido, por día de asuntos propios de Ikir, me encargo hoy en solitario del
programa.
Los raperos
han sido siempre bastante fantasmas, no nos tiene que extrañar esto, ni tampoco
esto, que Lisa 'Left Eye'
Lopes, miembra de TLC, y que 2Pac, que en paz descanse, salgan este año de sus tumbas para hacer unos
bolos con los colegas en plan holograma.
Después somos nosotros los parapsicológicos...
Aquí tenemos a 2Pac rapeando posmortem
Las campanas doblando ya son
el remate del tomate hiphopero.
Me da miedo hasta a mí, y mira que tengo tragaderas paranormales...
No se
impaciente. Ya tengo listo el boceto del siguiente programa de “El Hombre y la
Tierri”. Mi psiquiatra me sirvió de inspiración. Según él, debo canalizar mi
agresividad en algo de provecho, como el trabajo. Con esa idea en mente rodaré
un nuevo documental sobre mis amigos los lobos, pero con un enfoque diferente: abordaré
la integración de los lobos en el entorno urbano de los humanos, analizaré científicamente
como se desenvuelven estas dos especies, como convivimos en armonía.
El
reportaje será filmado con criterios estrictamente científicos. ¡Qué no me
vengan los ecologistas con la retahíla de siempre! ¡No manipularé la realidad¡
¡La documentaré tal cual! Sólo una licencia me permitiré: forzar la puerta del
parque “LUPUSPARK” con la técnica del butrón (ya he sobornado a un empleado para
que durante una semana los 3.000 lobos que lo habitan no prueben alimento
alguno, así se mostrarán en sociedad con su ferocidad natural).
Tengo la
certeza de que mi agresividad será canalizada y que el documental resultará muy
interesante, sobre todo si mis amigos los lobos le pillan a usted paseando por la
calle.
Algo llamó
mi atención durante mi estancia entre los
pouerpoinis, fue aquella misteriosa ceremonia por la que todos los miembros
de la tribu, vestidos de árboles, flores o animales, desfilaban uno a uno ante
el chamán, quien impartía órdenes con un roedor muerto en la mano, mientras
sonaba una hipnótica música de flauta. Al concluir el rito, los partícipes rogaban
que una divinidad, para mi desconocida, apartara de ellos su ira.
Amuleto pouerpoini
De nuevo me
encontré con esta deidad subiendo el río Ucayali. Los jocosi son un pueblo feliz, o al menos lo aparentan. Desde su más
tierna infancia repiten habitualmente una sucesión de sonidos indescifrables, a
los que los demás responden con una carcajada, algo forzada a decir verdad,
como de compromiso. Dicho uso social tenía poco de cómico, en realidad pretendía
conjurar a un extraño dios que según los jocosi podía privarles de la verdadera
alegría.
Los vecinos
de los jocosi, los cuentoshini, rinden
también culto a un ídolo de esta misma divinidad. Es una especie de masa
informe colocada en un pedestal en el centro del poblado. En torno al ídolo los
cuentoshini se reúnen para que los chamanes les relaten, una y otra vez, antiguas
leyendas sobre fenómenos paranormales y sucesos extraños y paranoicos, con ello
pretenden complacer a este dios.
Ídolo cuentoshini
Recreación fotográfica de una narración cuentoshini
Más
intrincados en la selva habitan los psitopalanti.
Son adoradores de la misma deidad, a quien atribuyen poderes demoníacos. Como
medida de protección, jóvenes vírgenes comienzan un baile primario cuyos pasos,
repetidos una y otra vez, acababan siendo imitado compulsivamente por todos los
habitantes de la tribu, incluidos los más viejos, los llamados insersi. Hay quien opina que es precisamente
ese baile lo que los hace tan longevos. Sabía que me estaba acercando a algo peligroso
que inspiraba los más extraños ritos de la Amazonia. Reconozco que sentía miedo
de lo que pudiera descubrir, visto el pavor que despertaba este dios-demonio entre
los nativos.
Los psitopalanti bailando
En lo que
fueran hace siglos zonas pantanosas, junto al río Cohenga, se asientan los polveri. Es un pueblo constructor. En
todas sus edificaciones, de forma obsesiva, se emplea una especie de columna
baja, de fuste sinuoso y torneado, de aproximadamente un metro. Dentro de cada
una de las viviendas se dispone un altar para el culto de esta deidad demoníaca,
a la que los polveri llaman Balaustradi,
nombre con el que ha sido bautizada también su peculiar arquitectura.
Ejemplos de arquitectura balaustradi
Los tuitines, pueblo muy agresivo
verbalmente, después en el tú a tú no son nadie, tienen la creencia de que en
su territorio habita esta deidad maligna. Son por ello un pueblo engreído y
soberbio, al que muchos consideran maldito, de ahí que cubran su cara con
máscaras avatávicas, atávicas quería decir, que aseguran su anonimato. Disponen
de un lenguaje escrito muy escueto y rudimentario.
A fin de
descubrir el sancta sanctorum del terrible dios, bien pertrechados de espíritu
de aventura, emprendimos la ruta hacia su templo, guiados por un tuitín a quien
sobornamos con un router wifi. Nuestro guía infringió con ello el juramento
sagrado tuitín, castigado con la muerte. Después de tres días adentrándonos en
la selva, un templo de piedra negra apareció ante nuestros ojos, desprendía un
olor nauseabundo. El templo piramidal se encontraba en un claro, como si repeliera
la vegetación. Ningún ave sobrevolaba el templo, no se escuchaban animales, ni siquiera
el zumbido de un mosquito. Nuestro guía tuitín salió huyendo despavorido, poco
después lo hizo mi cámara y después mi señora, que fielmente me acompaña en mis
expediciones. Me quedé solo en mitad de la verde nada, lleno de pavor (y
preocupación por mi señora, pues no me fiaba un pelo del cámara, si bien ponía
la mano en el fuego por mi esposa).
En cuanto
pisé el primer escalón del negro templo algo me detuvo, un muro invisible me
impedía avanzar. Vino a mí una especie de ensoñación, una visión más bien, que oscurecía
mi razón. Por mi mente pasaban ideas absurdas que me llevaron finalmente a la
iluminación. Sentía que el dios con forma de masa informe estaba allí y que
dominaba también mi mente, desde siempre. Este espíritu maligno habitaba en mí,
habitaba en todos. Movía lo más inútil de nuestro intelecto, sus más bajas
esferas. Esta deidad era el origen de todo pensamiento inútil que se expande
como una plaga, de toda creación artística insulsa. Era el origen de los
chistes malos, es decir, de casi todos los chistes (siempre me pregunté quién
los inventaba); de esa masa informe emanaban las leyendas urbanas (como la del
perro, la Nocilla, la niña y Ricky Martin); los bailecitos (los pajaritos y la macarena
incluidos); las risas grabadas de las comedias de situación y las palmas promovidas
artificialmente en los debates televisivos; las frases famosas que repiten los
tenderos; los powerpoints; la arquitectura de fin de semana de los neoricos;
los #hastags de moda (sobre reyes que cazan elefantes y petroleras expropiadas);
las canciones del verano (y algunas del otoño, del invierno y la primavera); los
juguetes absurdos que se ponen de moda entre los niños; los montajes
fotográficos; los reportajes de boda; los talleres de manualidades.... es
decir, todos los frutos de nuestra imaginación primitiva, cuasi-animal, del
primigenio impulso creativo que creíamos extinguido desde la irrupción del arte
rupestre. Sólo estos pueblos de la Amazonia, con sus extraños ritos, se encuentran
libres de esta maldición, del infierno terrible del SUBPOP.
William Kentridge. “¿No se unirá usted al baile?” 2011. Tapiz.
Voz en off de Luke Macahan, el de la serie de tilivisión “La Conquista del Oeste”:
Hoy, “Ispaña a vista de ratón” viene dedicado a la ciudad de Málaga. Es una ciudad corriente, habitada por gente también corriente. La visión a vista de ratón nos la proporciona el artista sudafricano William Kentridge (Johannesburgo, 1955) en su obra “¿No se unirá usted al baile?”, un tapiz confeccionado en 2011.
Si hasta ahora el mundo a vista de pájaro, o ratón volador, parecía un tapiz, con esta obra es el tapiz lo que imita al mundo. El artista ofrece una visión de la ciudad extraída de un mapa de 1880, obstaculizada por nubarrones, uno con forma de Picasso en celo (pintor corriente nacido en esta ciudad corriente) y otro con formas de las que gusta encontrarse cuando se juega a buscar formas en las nubes.
Ya con más detalle observamos panorámicas del Mar corriente Mediterranio que baña la ciudad
... de su renacentista catedral manca
... de la Calle Larios como la ginebra
... de la Alcazaba y Puerta Oscura
... y de la Plaza de la Merced con sus palomitas voladoras.
Informamos a nuestros queridos tilispectadores que el programa que verán a continuación no es el que estaba previsto para esta hora. El cambio de programación es consecuencia del ejercicio del derecho a la huelga de los trabajadores de esta casa. La huelga no es por motivos políticos ni laborales, es una huelga por motivos religiosos.
A partir de hoy Ispaña se llenará de manifestaciones y de piquetes informativos del Perdón y de la Pura Inocencia. No se asusten. Nadie sufrirá daño ni recibirá presión de ningún tipo. Eso sí, si algo les llamara déjense arrastrar. No se arrepentirán.